domingo, 11 de septiembre de 2011

Opinión / Hugo "Cachorro" Godoy - Diez años de las siete columnas

Este domingo 11 de septiembre se cumple el décimo aniversario de la partida de las siete columnas constituidas en 2001 por el Frente Nacional contra la Pobreza (FRENAPO) para recorrer a lo largo y ancho todo el país, difundiendo la convocatoria a una Consulta Popular.

Consulta que permitiera instituir tres mecanismos fundamentales para terminar con la pobreza: la asignación universal por hijo, la asignación a la vejez y el seguro de empleo y formación, para garantizar que ningún argentino siguiera sufriendo y soportando la ignominia del hambre.

Una iniciativa que había surgido un año antes desde la Central de Trabajadores de la Argentina, en lo que fue la Marcha por el Trabajo, que a lo largo de 15 días recorrió las calles desde Rosario a Buenos Aires instalando estas propuestas. Que primero se manifestaron a través de una campaña que alcanzó a un millón de firmas, que presentamos en el Congreso. Y que posteriormente, ante la falta de respuesta por parte del Gobierno para atender estas justas demandas, se constituyó como un movimiento multisectorial al cual se fueron sumaron diversas organizaciones, organismos de derechos humanos, legisladores de distinto signo partidario, entidades religiosas, denominado Frente Nacional contra la Pobreza.

Ese 11 de septiembre de 2001 partíamos en siete micros, que eran las cabezas de las columnas con las que recorrimos todo el país, llevando en cada uno entre 50 y 55 dirigentes, que nos reunimos ese día en la Plaza Congreso para marchar a los diferentes extremos del territorio nacional.

Siete columnas: por el Río Uruguay hasta Iguazú, pasando por Zárate, Oberá, Posadas; siguiendo el curso del Río Paraná hasta Clorinda, Formosa, pasando por Baradero, Villa Constitución, Rosario, Santa Fe; yendo hasta La Quiaca, en el extremo norte de Jujuy, pasando por Santiago del Estero, Añatuya, Rafaela, Venado Tuerto, San Antonio de Areco; hasta la frontero con Chile, pasando por Pergamino, Villa María, Río Tercero, Córdoba, La Rioja, Chilecito, Catamarca; cruzando Cuyo, pasando por Luján, Junín, Río Cuarto, Villa Mercedes, San Luis, San Juan y Mendoza; y yendo hacia los extremos de la Patagonia, cruzando las laderas de las montañas hasta Bariloche, pasando antes por Cutral-có, Neuquén, General Roca, General Pico, Santa Rosa; y hasta el litoral patagónico, desde Ushuaia pasando por Río Gallegos, Puerto San Julián, Caleta Olivia, Comodoro Rivadavia.

Siete columnas multiplicándose en actos, asambleas, debates, conferencias de prensa, para luego volver y confluir hacia Buenos Aires, debatiendo y promoviendo esta consulta popular que estallaría en una fiesta de participación del 13 al 16 de diciembre de ese mismo año.

Por más que desde distintos gobiernos, posteriormente se hayan tomado estas consignas, en cierto sentido desvirtuándolas, negando fundamentalmente el valor de la construcción colectiva que fue construyendo consenso popular. Como nos está sucediendo en estos días, donde se anuncia un incremento todavía parcial del valor de la asignación por hijo que dicen universal y que no lo es, porque sigue vigente el decreto de Cavallo por el cual se le ponen topes al cobro de las asignaciones familiares para los hijos de los trabajadores según el valor de sus salarios, o porque todavía sigue vigente esa vergüenza de que al salario de los trabajadores se les imponga un impuesto a las ganancias, mientras paralelamente se sigue sin cobrarle ese impuesto a los bancos y a las financieras.

Un día muy particular el 11 de septiembre, porque estábamos en la plaza Congreso preparándonos para marchar con nuestras siete columnas cuando llegaba información del atentado en las torres gemelas de Nueva York. Y bueno, sin ninguna duda ese hecho -que después fue la excusa para que se desencadenaran las invasiones y guerras en Afganistán primero e Irak después, en la supuesta escalada de “guerra contra el terrorismo” que llevo adelante George W. Bush-, obviamente en términos de la divulgación mediática ocultó, de alguna manera esta iniciativa de lanzamiento del FRENAPO para recorrer todo el territorio nacional.

Sin embargo no se pudo ocultar esta realidad en cada uno de los pueblos donde, de ida y de vuelta, a lo largo de diez días y a través de asambleas, encuentros con las distintas organizaciones de la comunidad, pudimos divulgar e instalar esta idea que sigue siendo prioritaria para nosotros, que es terminar con el hambre y la pobreza en nuestro país como condición ineludible, fundamental para poder construir verdaderamente una democracia plena y una Argentina para todos.

Estamos a 10 años de esta experiencia, que fue quizás una de las experiencias de mayor nivel de unidad del campo popular, de mayor nivel de articulación en torno de un objetivo común, y de la mayor masividad: 3 millones de personas participaron activamente en 4 días de elecciones en esta consulta popular en el mes de diciembre, que de alguna manera contribuyó a lo que fue, ese año 2001, el triunfo de la resistencia contra las políticas neoliberales en nuestro país, pocos días después en los sucesos del 19 y 20 de diciembre.

El FRENAPO fue entonces la mayor experiencia de masas que desde los trabajadores fuimos capaces de generar, y mostró no solamente las ansias y la acumulación de resistencia a lo largo de muchos años, sino también quizá los propios límites de esa resistencia. Nos propusimos a partir de esas siete columnas, a partir de esa consulta popular, ser capaces de articular una iniciativa superior, que no fuera ya contra el hambre y la pobreza, sino que fuera por una justa distribución de la riqueza en la Argentina. Con la recuperación de los recursos estratégicos en manos de nuestro pueblo, para que podamos vivir en una democracia mas plena y mas participativa, y para que se fortalezcan los vínculos de unidad con los pueblos latinoamericanos. Hoy todavía ese camino esta en desarrollo.

Quienes integramos la Central de Trabajadores de la Argentina, entendemos que hoy existen condiciones extremadamente favorables para que avancemos en la materialización de esos objetivos, masificando la participación popular.

Desde esa perspectiva, la experiencia de construcción de una Constituyente Social en la Argentina está absolutamente viva y se nutre de todas estas experiencias que si bien siempre, como viene sucediendo a lo largo de estos 10 años están cruzadas por iniciativas de los poderosos, que instalan permanentemente el valor de la guerra y la explotación como mecanismo de subordinación de nuestras naciones, como sucedió a partir del atentado en las torres, también la vida se nutre de la experiencia y de la vivencia de los pueblos.

Por eso es que en un tiempo en que la crisis del capitalismo a nivel mundial sigue instalando la angustia, la recesión y la guerra, para nosotros Latinoamérica, incluido nuestro país, sigue siendo hoy un laboratorio de experiencias nuevas, que deben alumbrar una democracia más plena, participativa, colectiva y soberana de los pueblos.

La enseñanza del FRENAPO nos alumbra en esa perspectiva. Y en este presente, a 10 años de esa experiencia, continúa más vigente que nunca para los trabajadores.

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